Derribando Mitos sobre Educación Virtual en tiempos de Cuarentena

La primera respuesta de las instituciones educativas ante el anuncio del del Decreto de Urgencia que cancela las clases a nivel nacional hasta el 30 de Marzo, con potencial de ampliación por 90 días más, es recurrir a la educación virtual.

Sin embargo, muchos padres continúan buscando entretener a sus hijos en actividades que implican contacto con terceras personas: hacer deportes, ir al parque, buscar clases privadas. Algo que no es recomendable debido a que la OMS y el estado han recomendado evitar los espacios públicos y minimizar nuestro contacto con terceros por prevención.

Otro grupo de padres ha respondido con temor ante la posibilidad de recibir educación virtual porque creen que eso implica una pérdida en la calidad de la educación y que no “obliga” al estudiante a prestar atención.

Estas dudas sobre la educación virtual son válidas, pero hay argumentos para pensar que responden más a nuestra mirada tradicional en torno a la educación que a la realidad de nuestros estudiantes. Hay que comenzar a derribar mitos sobre la educación virtual que están limitando las posibilidades que nuestros hijos aprendan cosas nuevas.

Derribando Mitos sobre la Educación Virtual

Recientemente Silabuz.com hizo un estudio entre padres y madres de familia del curso presencial acerca de la educación virtual. Muchos de ellos respondieron que “no creen (en la educación virtual) debido a que mi hijo(a) no se concentra y le falta disciplina”.

Sin embargo, cuando le preguntamos a sus hijos lo mismo, aseguraron sentir que son “altamente responsables” con sus estudios, tener un interés “alto por aprender a programar sus propias apps” y que podrían estudiar virtualmente si las clases fueran “entretenidas” y les presentara un “reto”.

Es decir, el problema no es la educación virtual en sí, sino como estaba implementado.

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Mito 1: Los estudiantes no son lo suficientemente responsables para estudiar de forma virtual.

En primer lugar, nuestros estudiantes tienen mucha más experiencia en el mundo virtual que sus padres. Pasan muchas más horas en sus computadoras, jugando videojuegos o viendo videos. Y si bien estas actividades no son bien vistas por los padres, la educación virtual es una manera de dirigir esa atención, que ya se está dando a los aparatos tecnológicos, hacia algo que enganche su creatividad y los motive a aprender. Nuestros estudios han demostrado que los jóvenes tienen mejor actitud hacia las clases virtuales que sus padres. Por lo que el sesgo hacia la educación virtual de un adulto podría estar afectado la capacidad de los estudiantes de aprender cosas nuevas, actualizadas y con metodologías mucho más interactivas de las que ofrecen sus colegios habitualmente.

Hay que comenzar a derribar mitos sobre la educación virtual que están limitando las posibilidades que nuestros hijos aprendan cosas nuevas.

Mito 2: La educación virtual no es de calidad. 

Un segundo punto tiene que ver con la percepción que la educación virtual no es de calidad. Seguramente hay tantos tipos de programas virtuales como presenciales de distintas calidades, y en ese sentido la calidad de la enseñanza virtual va a depender de cada empresa en particular. Pero si analizamos la tendencia mundial, las universidades e instituciones tradicionales tardan mucho en actualizar los conocimientos que imparten y sus contenidos. Una coyuntura en la que los colegios están siendo obligados a trasladar sus clases a programas virtuales podrían ser la oportunidad perfecta para que actualicen sus contenidos, especialmente en las áreas de ciencias y computación, materias que están siento incorporadas en los currículos de los países más desarrollados del mundo.

Mito 3: Los aparatos tecnológicos son solo para entretener, no educar.

En estas semanas sin clase, es inevitable que los padres tengan que continuar con sus actividades y que los chicos tengan que buscar maneras de entretenerse por su cuenta. Eso generalmente significa conectarse a distintos tipos de entretenimiento virtual, que ese entretenimiento pueda traerse conocimientos importantes para su vida podría transformar su percepción de la educación. Los padres suelen creen que a los hijos hay que “obligarlos” a interesarse por algo, pero muchos no saben cómo motivarlos a estudiar virtualmente porque no es algo que conozcan o hayan hecho antes. Un buen curso virtual puede persuadirlos de que la educación es “divertida” y no solo una obligación. Cuando le preguntamos a los alumnos de Silabuz porque quieren aprender programación virtual recibimos distintas respuestas: “porque me reta”, “porque quiero solucionar los problemas de mi país, “quiero crear mis propios videojuegos”, “quiero encontrar la carrera que quiero estudiar”, etc.

Tengamos dudas sobre la educación virtual o no. Lo que debería quedar muy claro, es que ésta es una oportunidad interesante para probar otras alternativas educativas en la casa, seguros y evitando la exposición masiva a lugares públicos.

Este es un momento clave para mantener la calma, cuidarnos, aprender y progresar como sociedad. Esto implica mucha responsabilidad en todo sentido incluyendo, por supuesto, la educación de nuestros hijos.

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